martes, 5 de julio de 2011

De paseo familiar

La semana pasada fuimos a Würzburgo...los 5, en una de nuestras salidas no programadas, sin destino aparente ni preparación previa, (vamos como siempre), nos levantamos despacio, desayunamos y como es habitual en mi casa empiezan a escucharse los gritos de mis hijos, que aunque estén a medio metro, puedo asegurar que el tono es mega alto, y en España, no se nota, y pasa desapercibido, pero aquí, en Alemania, joer que damos la nota.
Bueno a lo que voy que me enrollo.
Aproximadamente a las 11, mi churri, levanto el ojo por encima del periódico, y empezó a sentir la necesidad de hacer algo, a diferencia de los Alemanes normales, mi churri, no es adicto a la jardinería, ni a arreglar, poner o quitar, no, el es de secano y tenemos comprobado que ni los play movil construye bien pero conducir... como un campeón.
a las 11:45 estábamos todos en el coche sin saber donde íbamos, emprendimos la marcha. no hay cosa que me gusta mas, que ver conducir al churri, debe ser un tipo de perversión mia personal, pero es una cosa que no lo puedo evitar..
 A las 13:00 hr. parada obligada para comer en un Burguer king, casi entrando a Würzburg, un lugar muy bonito, con un parque de juegos y espacio.


Hora y media mas tarde, estabamos en la ciudad, muy bonito, mucho monumento, mucha iglesia, pero con mi enano es dificil ver la iglesia y evitar que la destruya, asi que fuimos a ver "La Residencia", lo primero que llama la atención, es el tamaño, es un espacio grande, con jardines de estilo francés que inspiran al mas borrico.. muchas flores, pero hacia un calor, una humedad que el cuerpo te pedía sombra y agua en cantidades asombrosas. Mi churri explicaba la historia de la ciudad y del edificio, haciendo hincapié en la arquitectura, los ángulos y demás florituras... (mas listo mi churri).


Después de un rato de paseo por los jardines, subir escaleras, contemplar vista impresionantes, nos sentamos en un banco, rodeados de naturaleza, e historia, los chicos jugaron, corrieron y sudaron como nunca.
así que pasado un ratito, pusimos rumbo al centro de la ciudad y buscar el coche para volver a casita.



En esta plaza, comimos helados y un bocadillo, tratando de recuperar energías suficientes para el regreso, la verdad es que el ambiente, el entorno, y la temperatura eran deliciosas, el flautista tocaba de maravilla, los chicos reían, y la tarde se hizo de lo mas agradable.

La vuelta, tranquila.... un intenso Domingo, típico de nuestra familia, que tratamos de atesorar en nuestra memoria y en nuestros corazones.


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